viernes, diciembre 25, 2009

Mi amigo C

Conocí a C hace siete años. Entonces, él era mi profesor de estadística. Reconocí de inmediato su perfil erudito. Era una época en la que la inteligencia pura me maravillaba mucho más que ahora. Era (y lo es aún, pero ahora es mi amigo y eso cambia las coordenadas) una personilla malhumorada, poco proclive a la sonrisa, afecto a la verborragia ( esto no ha cambiado NADA) y más allá de todo y sobre todo, un excelente docente. Solo una persona con estas características pudo haber despertado en mí el deseo de saber cada día más, de enfrentarme a mis limitaciones con un empeño de superación capaz de derrumbar todas las barreras. Es un provocador, un generador de "urgencia" por saber más, un inductor de objetivos y metas, un maestro. Pocas cosas para C son más sagradas en su vida que su amor por la docencia, me atrevo a decir que sólo una, su amor por su familia. La enseñanza es para él una razón de existir, tal vez la más cierta desde temparana edad, un sino, uno de sus karmas. Podés sentir su entrega cuando lo escuchás dar sus clases, en ese momento él está ahí, y en ninguna otra parte, y sentís el placer que él trasmite conforme va argumentando sus temas.

Una de las cosas que más disfruto de la vida, es generar un vínculo afectivo con mis maestros. Tengo la enorme fortuna de que esto se haya producido invariablemente en mis dos especialidades. Seguir la relación con ellos, pero pasada la etapa del alumnado, ya desde la amistad, es uno de mis grandes placeres y algo que enseño y comparto con mis hijos. Porque entonces, después que dejan su rol de "calificadores" empezamos a compartir la vida, empezamos a intercambiar sensaciones, formas de pensamiento, y vamos construyendo un vínculo en el que el afecto y la familiaridad alimentan la admiración y la hacen mucho más poderosa.

De todos modos, la amistad de C no fue tan sencilla desde un principio, imagino que porque ambos somos seres complicados y de carácter. Me costó bastante tener su confianza y lograr un espacio en su apretado mundo interior. Aún construyo ese espacio, y no es fácil, nada que venga de él es sencillo, será por eso que lo quiero tanto, por esa cosa laberíntica de su personalidad y de su afecto. Penetrar en sus pensamientos es algo que me provoca alegría. Es muy lindo tener ese sedimento cuando estás con alguien, sentir que llenó tu corazón de alegría. Creo que es la condición que marca el sentido de la amistad, la alegría que te queda cuando solo queda el recuerdo.

Algo especialmente valorado por mí es nuestra "amistad epistolar". Hace ya un par de años que compartimos historias de vida, pensamientos, escritores y demás yerbas cotidianas en nuestros mails. A mi, es sabido, me gusta mucho escribir y él estimula muchísimo este hábito. De estos intercambios, ha despertado mi interés por algunos filósofos y autores que desconocía, he aprendido sobre ciertos personajes maravillosos, he vuelto a leer a poetas un tanto olvidados, y he aprendido a deleitarme de plumas como la de Borges. De él aprendí ciertas historias absurdas que jura que son verdaderas pero que yo disfruto más pensando que las ha inventado y me las cuenta para alivianar mis momentos difíciles. Hay una de Anatole France que él sabe que me gusta mucho y cuando puedo, le pido que me la cuente de nuevo, aún a sabiendas de que yo pienso que la ha inventado toda. Me hace reir, y esto es muy bueno.

Pero lo mejor de este ser, es su sensibilidad. Detrás de esa oscura personalidad se guarda un ser de una sensibilidad exquisita. Esto es lo que lo trasciende como amigo y lo hace mi hermano. Y es que C, representa para mí, el hermano con el que siempre soñé. Y esto es un sentimiento relativamente reciente. Siento que aunque pasen los años, las estaciones se sucedan en su fuga repetida y la historia vaya tejiendo sus tramas, él estará allí velando por mi. No importa dónde, a cuánta distancia, él está siempre y lo estará sin exepción. Su incondicionalidad es tal vez la expresión más absoluta de su amistad. Y esto es parte de su sustancia, C es incondicional para todos aquellos que quiere. Este es su don.



Ya no puedo decir más. Por supuesto que siento que todo lo que he escrito es poco y no lo representa, pero tengo mis limitaciones y esto es lo que puedo, al menos hoy.



La mejor manera que encuentro para cerrar esta entrada es con sus palabras.

Este es el último mail que recibí de él. Siento que es bellísimo y me hace feliz compartirlo.



..."Leí estos días una antología poética de Miguel Hernández. Murió cerca de los 40 años y lo asocio a la definición de "lo vital". Era la vida misma escribiendo. Descontrolada, imposible, inefable, formidable, tenue, frágil, indestructible. Todo a la vez. Escribió en los muros de la cárcel donde murió durante la dictadura de Franco:
"Adiós, hermanos, camaradas y amigos
Despedidme del sol y de los trigos"

Sus elegías son perfectas: sólo alguien que amara tanto la vida pudo describir así la pena por la muerte de algunos de sus seres queridos.

No sé por qué he vuelto a leerlo. Siempre me hizo sentir en falta. Alguien tan vivo pone siempre en duda el nivel de nuestros lances con la vida: en lo personal, me da envidia y me hace sentir muerto. No es muerto quizá la mejor palabra: la imagen es la del frío glacial de la razón (el acero quirúrgico) -la "razón de mi vida", mi yo-, contra el fuego de unos leños en una hoguera que calienta, pero que puede carbonizar. No le perdono que me haga sentir así. Y sin embargo...

¿Qué haremos? Comenzaremos un nuevo año. En mi caso, el número 48 de vida en la tierra (el "muerto que habla"!). Nada será sustancialmente distinto: y sin embargo, renovaremos la fe. Qué palabra terrible: Fe. Virtud teologal. La convicción de aquello que no es evidente. Tendremos también la duda, como plantea Sabina: "tenemos la duda y la fe, sumo y sigo...". Con estas dos herramientas, caminaremos hacia una extinción personal cada vez más cercana. Acumulando deudas con nosotros mismos y con los otros, y detritos mitocondriales cada vez más difíciles de ocultar.

Y sin embargo... Sin embargo, somos la naturaleza. Y, Deus sive natura, somos Dios. La Navidad hace renacer en mí la fe en la metafísica de Spinoza, la metafísica de mi Abuelo, que nunca oyó hablar del Judío Maldito, del Sabio de Nietsche. Como toda fe, terrible y consoladora. Y desoladora.

Como el muérdago que, al fin y al cabo, pincha y debe pinchar. Porque esa es su esencia. Que ni los besos debajo de su sombra pueden cambiar."


Una y mil veces, sencillamente, gracias.

martes, diciembre 22, 2009

Good morning sunshine




¡¡¡Ahhh!!!!. Recibir regalos me encanta, me doblega, me fascina y me supera!... me emociona muchísimo.


Hoy volví del laburo, que como saben cambió de lugar físico y entonces Cirita meta con el autito tres horas y media entre ida y vuelta. Pero, en fín, el autito y yo teníamos una "asignatura pendiente", y la estamos saldando. Como les decía, volví de la travesía a tierras ignotas y después de rebolear los zapatos me acerco a la mesa del living, y descubro los "tesoros" que me envió desde Mexico mi adorada amiga V. El corazón se me estrujó como una esponja marina y allí me quedé prendada de mis regalos. Latas de cochinita pibil marca "chata" para los tacos de mis hijitos ( no es maravilloso el nombre?!), adobo de achiote y .... cha, cha , channn: un fabuloso cuaderno de papel reciclado con la foto de Frida y una litografía!!!!!!!!!!!!!. El cuaderno fue elegido por A, esposo de V, que también sabe de mi "fridomanía". En el freezer estaba el otro regalo: una botella de dorado tequila.


Mi querida, querida amiga del alma: Gracias!!!!!. Y gracias A, por tan buena elección.


Cuando le conté a V ( que está de pensionista en casa de los abuelos) que tenía un cuaderno nuevo, me dijo: " Bueno, má, otro más para tu colección de cuadernos en blanco". Y la verdad es que tiene razón, los compro, me los regalan y cuando voy a usarlos, me da penita y los dejo sin escribir nada.


Pero en este caso, me propuse que este cuaderno y sus hermosas páginas grises, serán el espacio que voy a llenar con las vivencias de una nueva etapa de mi vida.


He dejado otra muda. Este último mes de vida ha sido largo como un año, pero aquí estoy, una vez más, "plantando mi manzano".


Es maravilloso descubrirse después de un cambio de muda. La piel se siente diferente, los huesos se reacomodan para iniciar el trayecto, y aparecen brújulas por todas partes.


El cielo se abre más diáfano, la noche se vuelve más complice y las horas más lentas.


Comienzo a recorrer las páginas de una nueva etapa.


Frida, una vez más, me acompaña.


Gracias V, te quiero mucho.


viernes, diciembre 18, 2009

Soñar... ¡qué lindo!

http://www.youtube.com/watch?v=3Xgs5apOfXk

Este video está dedicado a (prepárense):

Claudio, la Pulga, Andrea, Gis, Gus, Annie, Roby, Edgar, Flor, Abru, Milenius, Gus Planet, Un Servidor, YoSusan, Tati, Bler, Vane, Dani, Nico, Alfred, Merce, Montse, Tere, Tía Morita, Jorge A y Ana, Verito, Carol, Nélida, Pedro, Dorys, Oscar, Guga, David, Angélica, Franco, Jorge B, Edgardo, María Luisa, Rubén, Gustavo I.

Y todos los que poblaron mi vida en algún momento y me llenaron de su magia, sus ideas, sus risas, sus sueños, sus amores, sus miserias, sencillamente…su vida.

¡¡¡¡¡¡¡¡Gracias!!!!!!!!!!!!

A todos, a los que están y a los que ya pasaron, y siguen estando.

Cuando calienta el sol...


Y sí, se viene el verano aquí en Ciudad Gótica.
Empieza a hacer “calor” de verdad, las mañanas soleadas dan ganas de saltar de la cama y tomarse un juguito de pomelo bien helado, de salir a correr, de tomar un poco de color en esa piel amarillenta que te dejó un invierno perruno y una primavera inestable.
Huele a jazmines por todas partes y el verde es de un esplendor manifiesto. Por la tarde uno espera la brisa a la caída del sol, y entonces se acomoda en una reposera en el patio y lee mucho, con más ganas, con ganas de que la luz no se termine porque se siente tan bien estar allí, rodeada de plantas recién regadas y de hijos que juegan con poca ropa y en patas, y uno NO TIENE PORQUE PREOCUPARSE de que estén desabrigados, de que salgan en patas o con los pelos mojados, porque ya no le cuelgan los mocos, ni tienen angina, ni fiebre, ni tos, ni ninguna peste por la cual sentirse afligido si desobedecen a las instrucciones precisas de cuidarse.
Se terminaron las clases, y con ello, las angustias por los exámenes y las tareas, los útiles que se pierden invariablemente de un día para otro y vuelven inútiles a las cartucheras, el uniforme que tienen que usar al otro día y no se llega a secar porque hace cinco días que llueve y se estamparon el menú de tres días en él. Y la libreta de notas, y los materiales de plástica que podrían ambientar una peli de Stanley Kubrick, que te salen un huevo y terminan la mitad en la basura.
Con el calor llegan los helados, las frutas de estación, la ensalada rusa y el vitel toné, los licuados y la chocolatada fría ( qué bendición!!, ya no hay que limpiar el microondas cuando se te pasó de caliente y salió eyectada a 3000 rpm). Y lo mejor es que ya no tenés que repetir veintiocho veces que se vayan a dormir porque al otro día no los levantás ni con una grúa, porque al otro día si duermen más es mejor, entonces si se quedan hasta las 3 de la mañana mirando la tele o jugando en la compu o armando legos o boludeando con Indi, ESTÁ BÁRBARO!!!!!!.
Con el calor vuelvo a tener más ganas de leer literatura y de escribir y ya no me siento traumada si no leí el último artículo de la especialidad.
Hace calor, che…no me jodan.

lunes, diciembre 14, 2009

Toma de mi todo


La vida te da sorpresas… sorpresas te da la vida.
Tengo 45 años y soy una mujer LIBRE.
Hace 48 horas, no hubiera podido afirmarlo, pero … el tiempo pasa y nos vamos poniendo tensos ( lo de viejos se lo dejo al autor de la canción). Víctor Heredia dijo algo parecido cuando habló de su esperma urgente. Recuerdo que cuando escuché por primera vez esta canción, dije: Mierda, que afirmación tan atrevida (entendiendo por atrevida una exaltación de la declaración y no un comentario pacato).
La verdad es que en las últimas 48 horas me “cociné en mi caldo”. O sea, reflexión, un poco de acción y mucho más de reacción. Resultado: tengo algo urgente que no viene a ser esperma, sino sangre.
Soy una mujer sanguínea. Soy ariana, dragón: único bicho quimérico del horóscopo chino.
Amo la vida, amo el conocimiento, parí cuatro bellas personitas que llevan mi firma.
Tengo pocos miedos…solo algunos atardeceres aciagos.
Me mimetizo con todo lo verde… doy la cara al sol.
Adoro la tierra que mis pies revelan con cada paso. Conozco la sombra.
Sé llorar con grandeza y lamer las heridas en mis cuevas amadas.
Me enamora el rayo y aprendí a beber la lluvia. Soy un poco infantil…sin perder mi instinto de hembra guardiana.
Cabalgo la espesura… me alimenta la noche.
Soy yo…y me siento única.

domingo, diciembre 06, 2009

Cambio de ruta


Caminante, no hay camino…se hace camino al andar.

Estoy andando.

El viernes pasado ha sido un día de ceremonias. He cerrado una de las etapas más lindas de mi vida laboral. No es fácil decir esto, pero tampoco trágico.
Durante cinco largos años estuve entregada a un trabajo intenso y voraz, y digo esto último, porque me siento orgullosa de todo lo que he logrado durante ese tiempo. Esa voracidad del laburo, fue mutua. Alimentarse del trabajo cotidiano, y no hablo del alimento salarial, sino del otro, del intelectual, que es el que más vale a la hora del silencio, es lo más maravilloso que le puede pasar a una persona. Y esto, me pasó a mí. Fueron cinco años de un trabajo intensísimo, sin horarios, un trabajo que me permitió descubrir la creatividad de la que era capaz, que me acercó a personas y personalidades varias, que me dejó ser libre y desarrollar todas mis capacidades. Lo digo con un enorme orgullo. Fui una abeja en su panal, y hoy, cuando llega la hora del cierre, me siento aún más orgullosa.
Generalmente, cuando se llega a este punto, suele haber cierto grado de zozobra. Nada de eso hay en mi caso.
El viernes comencé mi día recorriendo los lugares de rutina, era un hermoso día de sol que me invitaba a un último ritual: las calles, los cafés, los pequeños comercios aledaños, las vías del tren. Recordé aquellos primeros días, ese café con “una” medialuna que me tomaba en la confitería Ritz, antes de entrar. Allí me armaba la agenda del día, garabateaba ideas, hacía coincidir horarios.
Reviví la primera entrada a aquellas oficinas. También era un día de sol y estaba ansiosa porque presentía que allí había un comienzo. Recuerdo que mientras esperaba para la entrevista, mi mirada se quedó suspendida de un jardín de invierno que centraba las oficinas. Algo dentro mío me decía que allí, en aquel lugar me iban a pasar muchas cosas que iban a cambiar mi vida para siempre. No me equivocaba.
El viernes volví a recorrer ese jardín de invierno, sintiendo a cada paso que allí también, con el cierre de una etapa, se estaba abriendo una dimensión aún más poderosa.
Creo, aunque las leyes de probabilidad me sean incógnitas, que tampoco me equivoco.

viernes, diciembre 04, 2009

Acariciar el dolor


Esta noche viví junto a mis hijos un momento memorable.
Hoy vengo de un día de pérdidas. Saldos negativos, números rojos (como dice C). En síntesis, un alma herida y dolorida.
Desde que llegué, temprano, en la tarde, traté por todos los medios de ocultar mi tristeza, mi desazón, ese sentido de vacío y de pérdida de las cosas añoradas y amadas.
Fingir, ocultar y reprimir se vuelven un hábito cuando uno no desea afligir a esas pequeñeces que viven en un mundo de romances y dinosaurios. Lo sobrellevé bastante bien con la ayuda de un par de whiskys y cigarrillos (aún a costa de una tos perruna que me persigue desde hace unos días), y fuerza, mucha fuerza en los párpados para no derramar uno solo de esos cristales efímeros.
Estábamos solo ellos y yo para cenar. Los invité, a M y a C a ayudar en la preparación de unas pizzas, que a fuerza de mi desgano, surgieron majestuosas de sus diminutas manos. Tanta era mi inercia que hasta dejé que manejaran el horno, cosa que hicieron con certeza y gracilidad. Mi ánimo solo me dejó poner la mesa y cortar las suculentas pizzas que sus “párvulas” manitos habían preparado.
Comenzamos a cenar, pero es tanto el vínculo que hemos creado, que no pude evitar quebrarme en el llanto, cuando los ví allí, tan junto a mi, tan tenaces en su ayuda y su compañía. Entre sollozos les dije que estaba profundamente triste, que ese había sido un día de “cierre de capítulos”, de pérdidas para siempre, como el para siempre de ser felices y comer perdices pero exactamente al revés: o sea un día de duelos. Entonces, se produjo algo que aunque pasen todos los años de mi vida, jamás olvidaré: Los cuatro me rodearon con sus abrazos y sus besos y compartieron mis lágrimas.
Vi como esos hermosos ojos se volvían cristalinos, como T derramaba y secaba inmediatamente sus lágrimas. Me acariciaron la cabeza y las manos como hacía tiempo nadie lo hacía, con la misma ternura que usaban mis padres para exorcizar demonios nocturnos o pesares de infancia. Fui un llanto de niña bajo el consuelo de mis niños-padres. Me resulta difícil explicar el amor que nos unió en ese abrazo de cinco, en esa tristeza llena de razones para mí y cómplice de amor de ellos. No buscaban porqués o causas posibles, lo único que importaba para su ternura era abrigarme, arroparme en su inmenso amor. No importaba comprender los vericuetos del alma herida de su madre, sino acudir al consuelo.
Sentir que un hijo te acaricia el dolor es lo más hermoso que puede pasarte. Es una tibieza que atraviesa el corazón, que lo ablanda, que lo transforma en una revelación de amaneceres.
Ahora estoy aquí, aún conmovida por ese momento que marca un hito en mi historia de madre. Ellos están allí, en sus dibujos y películas de dinosaurios y romances.
Y aunque no lo saben, hoy algo ha cambiado en mi vida…para siempre.

domingo, noviembre 15, 2009

Colonia del Sacramento

Colonia del Sacramento fue fundada en el año 1680 por Manuel Lobo, gobernador de la capitanía de Rio de Janeiro durante la segunda mitad del siglo XVII.

Está ubicada a unos 180 kms de Montevideo, la capital de Uruguay

Es la única ciudad fundada por portugueses en la costa del Río de la Plata

A través de los años de su historia, esta ciudad fue disputada por España y Portugal, por lo que la mezcla de estilos caracteriza su hermosa arquitectura, si bien el trazado de sus calles es de orígen portugués y de carácter militar.


El casco histórico de esta pintoresca ciudad fue declarado por la UNESCO patrimonio cultural de la humanidad en el año 1995.


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miércoles, noviembre 11, 2009

Uruguay


Mañana me tomo una día "juevático", que viene a ser un día "sabático" en jueves.

Y me voy a Colonia, Uruguay con dos amigas, la chilensis M y la argentinensis S. O sea: salida de minas, buenisssimoooo!!!.

Nos vamos tempranito en el ferry, iremos a pasear por esos adoquines y callecitas coloniales tan llenas de encanto. Me llenaré del aroma de los jazmines y la pureza de color de las buganvillas. Iremos, seguramente, al museo de azulejos ( creo que era allí) y a la callecita esa que albergó una dramática historia de amor.

Nos deleitaremos con alguna comidita uruguaya y seguramente un vinito: el ideal sería el tannat, que son tan buenos por aquellas tierras, pero creo que el tannat es un vino de la noche y sus pasiones, no de un mediódía.

Ahhh!!!, que placer me dan estos programas maravillosos. Para ir entrando "en estado" ya estoy escuchando al jóven médico-no más médico, Drexler.

Me voy a la tierra de la Vilariño:




Mi cansancio

mi angustia

mi alegría

mi pavor

mi humildad

mis noches todas

mi nostalgia del año mil novecientos treinta

mi sentido común

mi rebeldía.

Mi desdén

mi crueldad y mi congoja

mi abandono

mi llanto

mi agonía

mi herencia irrenunciable y dolorosa

mi sufrimiento

en fin

mi pobre vida.

Deseénme suerte!!

martes, noviembre 10, 2009

Generación I


No fui una niña muy proclive a los juguetes. Tal vez porque en la época en la que fui una niña cronológicamente niña ( hoy también lo soy a pesar de mi desfase cronológico), los juegos reemplazaban a los juguetes. El territorio de los juegos estaba en todas partes: en la vereda, en los jardines, en el “fondo” de las casas, en las azoteas ( no sé por qué pero le decíamos así en lugar de terraza), en los “potreros”, en las placitas del barrio, en el patio del colegio. Había árboles donde treparse, algún auto viejo y abandonado para jugar a la escondida, barro para hacer tortas, calles inundadas para chapalear con las botas pampero infantil, en fin, toda la extensión que abarcaba la mirada se podía volver un juego, había que imaginar, solo eso, y eso era lo más fácil.
Yo imaginaba que era maestra, y formaba largas filas de alumnos en el patio de damero de la casa de mi abuela Angelita. Les pasaba lista, los hacía “tomar distancia” ( ¡Qué horror!) y luego los entraba al aula (imaginaria) y les daba la clase. Tenía una taza de flores rosadas y grandotas en la que tomaba el té mientras explicaba, tal como lo hacían mis maestras, y en un pizarrón ponía prolijamente la tarea. Tenía dos o tres alumnos imaginarios a los que retaba sin cesar; eran “los terribles, los vagos” que nunca podían faltar en algún curso, incluso me quejaba de ellos con otra maestra imaginaria, durante el recreo imaginario.
Otras veces imaginaba ser una panadera, preparaba tortas y masas de barro de diferentes formas y tamaños que luego acomodaba sobre una rejilla y las vendía a mis clientes imaginarios, que eran los vecinos de la panadería, de los que conocía todas sus historias de vida (imaginarias) que comentaba primorosamente mientras los atendía.
Y así iban sucediéndose mis juegos de infancia: secretaria, diseñadora de modas, vendedora de ropa, artista de cine, cantante. No hacía falta mucho, más bien casi nada, solo algo que había en abundancia: imaginación.
Pero como dice la canción; cambia, todo cambia, y hoy cuesta imaginarse a nuestros hijos jugando sin juguetes, diciéndole a una pared: “ Mirá, Iñíguez (este era uno de mis alumnos vagos) o te ponés a trabajar o te mando a la dirección!” o exclamado al más límpido de los aires: ¡¿En serio doña Inés?!, y ¿cuándo puso fecha su hija para el compromiso?, mientras depositan en el suelo raso un paquete con una bola de barro. De ser espectadores de este tipo de escenas, la extrañeza sería una posibilidad y otra la rápida llamada al pediatra. Cuando V era muy chiquita tenía dos amigos imaginarios: Musa y Tinel, y los anexaba a sus juegos con un realismo que a veces me hacía correr un friito por la espina. Incluso cuando le preguntaba, estupidamente, ¿Con quién estás hablando V?, ella me contestaba con absoluta naturalidad: Con Musa, ma, ¿no la ves, ahí sentada?. Claro, yo ya era un adulto y a simple vista, ya no la veía.
Creo que a pesar de poblar la infancia de mis hijos de abundantes juguetes, siempre los he animado a imaginar, aún lo hago, ya no juegos, sino proyectos, pero reconozco que los juguetes nos han invadido lo suficiente.
Tanto así, que hace unos años, se me metió en la cabeza que quería un Wasausky, o sea ese monstruito verde con un solo ojo de la peli “Monsters inc”. Le pedí a un amigo que vivía en USA que me comprara uno, pero nunca me lo trajo. Recuerdo que se los comenté a mis hijos con tristeza. De esto hará más de tres años. Un día, hace un par de meses, vuelvo del trabajo, muy cansada, y mi hijo T me dice: “Mami, hay algo para vos en la mesa de luz, yo te lo conseguí, se lo pedí a un amigo para vos, ahora ya lo tenés”. Y allí estaba mi Mike Wasausky. Me emocioné muchísimo, como si fuera muy pequeñita y mi mamá me lo hubiera comprado. Ahora, todas las noches, cuando me estoy por dormir, le cierro su ojo móvil y le digo: "Hasta mañana Wasausky, no olvides tu papeleo"
Así que debo reconocer mis queridos amigos, que a pesar de pertenecer a la generación I ( imaginativa), me gusta tener también mis juguetes. ¡¡Gracias T, por comprenderlo!!

lunes, noviembre 09, 2009

De vez en cuando...





De vez en cuando, se me antoja verme en pequeños acercamientos, ver "pedacitos" de mí que me gustan. Generalmente son momentos en los que estoy sola, medio transparente, vuelta hacia mi niña interior que desea jugar un rato.

Estas imágenes forman parte de esos momentos.

Los felinos días de Indi

Indi en su frazadita

Indi haciendo noni con su mami

Indi haciendo fiaquita después de comer

El jardín


Alguna vez les hablé de ese pequeño jardín “en decadente belleza”. Algunas cosas les hemos estado haciendo con los chicos, algunas poquitas, sacar yuyos, poner algunas plantitas nuevas, lo demás lo hizo la primavera, que sabe meterse por todos lados.
Este fin de semana pasado hubiese merecido un poco de jardinería, pero mi ánimo no me acompañó a pesar de lo espléndido que estuvo. Espero que esta semana que voy a descansar un poco lo logre. Invocaré a los buenos espíritus de la tierra y del cielo para que me animen y me acompañen en la tarea.
Igual, aquí les mando algunas fotos de lo que llevo hecho.
También retomé viejas lecturas que había abandonado. Mi atención se pierde un poco por momentos, pero el intento la supera un poco.
Necesito que la primavera también se instale en mi corazón.


domingo, noviembre 08, 2009

Insomnio

Me he tomado una semana de vacaciones porque lo necesito. Necesito alejarme, entrar al territorio de mis laberintos interiores y perderme por un sendero que me dé paz. No es fácil, últimamente sufro de un ligero insomnio que me mantiene alerta hasta pasada la medianoche. A veces mi gatito bebé me acompaña. Otras veces estoy sola y me gana la tristeza. En esos momentos recuerdo a mi abuela y la acerco a mis pensamientos para que ella me acune y me calme, y haga desaparecer ese fuerte dolor en el pecho que me cierra la garganta.
Hoy ha venido a cenar A, mi amiga de la infancia, y con ella han vuelto viejos recuerdos de una época hermosa de mi vida. Pasamos una hermosa velada… pero ahora vuelvo al insomnio y a ese dolor que detesto y que me oprime el corazón.
Abuela… vení, estoy aquí y te espero.

viernes, noviembre 06, 2009

Los tres días de Indi

Hace tres días que Indi ha llegado a casa. Su mudanza no ha significado demasiado: un recipiente de piedritas blancas que viene a ser su baño, otro de color azul que es su bebedero, una palita para recoger y descartar sus “ofrendas”, una cestita que por años tuvo servicios varios: perfumero, frutera, posa plantas, y ahora es su cunita. Un sweter viejo de M. que oficia de colchón y un osito fucsia de C que le hace de “hermanito” para dormir. Este es su escueto equipaje. Hoy se le ha adicionado una caja de manzanas con ramitas y palitos, que le preparó mi hijito T para sus volteretas.
Sin embargo, este mundito de pequeñeces ha llenado esta casa de inquietud y ternura.
Yo he tenido pocas mascotas: de niña, un perro salchicha: Lolo, bastante rompehuevos, pero adorable. Sin embargo fue mi abuela quien terminó criando a este perrito, de manera que mis recuerdos de Lolo son muy fragmentarios.
Ya de grande tuve a Piki, un canario amarillo como la polenta que se paseaba por toda la casa y al que yo le hacía montoncitos de semillas en la punta de mis tratados de medicina para que comiera conmigo mientras yo estudiaba ( yo comía un sándwich o tomaba mate, ya que las semillas de Piki me costaba digerirlas).
Después que Piki, un día voló para siempre, no quise más mascotas.
Cuando nació V, llegó Manu, la tortuga, que ya es una tortugasa, majestuosa y divertida.
Y ahora, llegó Indi, con sus patitas lechosas y sus pelitos atigrados. Tiene unos enormes ojos grises que me fascinan y que me provocan una ternura muy especial, que jamás hubiera imaginado sentir por esta especie.
Indi llega en un momento de mi vida en que los cielos están demasiado cargados de nubes, por eso lo siento más que gato como señal.
Después del peaje, el camino se ha vuelto duro y pedregoso. La tierra se ha vuelto seca y mis pasos muy vacilantes. Muchas veces en las noches, me despierto con un fuerte dolor en el pecho que atribuyo al desasosiego. Entonces, desde que llegó, cuando esto pasa, me voy a la cocina y lo busco en su rinconcito.
Lo acurruco contra mi pecho y lo acaricio hasta que mi alma empieza a volver a mi cuerpo. Así me quedo un rato, susurrándole en sus orejitas de jengibre cuánto lo necesito. Después lo dejo de nuevo en su cunita y le doy las gracias por estar aquí, ahora.

jueves, noviembre 05, 2009

Otra arcilla


Extracto de mi amistad epistolar con C

Cirita:

...Desde ayer ha arribado a mi humilde morada un gatito de 35 días llamado Indi ( por Indiana Jones).

Hoy arribé a la dicha humilde morada más vencida que Simón el mago de Gitta. Y allí estaba Indi, pequeñito, con un maullidito de lástima, clavándome sus ojitos grises con ansiedad. _Indi, soy un ser derrotado, qué puedo ofrecerte?_ le susurré en una de sus diminutas orejitas de pan dulce.

Acto seguido lo puse entre mis brazos, me senté en mi sillón favorito y empezé a cantarle las canciones de cuna que hace diez años le cantaba a mis hijos. Se fue quedando dormido, y al rato yo me fui dormitando con el, sin dejar de ronronearle las melodías lullabaiescas. Nos dimos calor mutuamente. Acaricié sus pelitos diminutos con la ternura que hace muchos años usaba para acariciar a mis niños. Entonces, los demonios empezaron a desaparecer y me sumergí en una inmensa planicie de ternura que nos arrulló a los dos.

Me olvidé de toda la carga de mierda que traía y me volví transparente como el pétalo de una amapola nocturna.

Interpreto esto como una señal de que la vida todavía me espera en rincones ignotos.

C (responde):

...Il gatto: bien. Representa la ternura que derrota al tedio, la ofuscacion, la depresion. Pero solo es un paliativo. Aunque bien visto, la vida de la gente compleja como nosotros solo se trata con paliativos.Quiza lo tengamos merecido por intentar comer del arbol de la sabiduria.

"Ganaras el pan con el sudor de tu frente, y tendras dolores del alma que solo admitiran la mitigacion por paliativos... Y no habra placebo que funcione en vosotros ni remedio para vuestro exceso de imaginacion..." Y Dios vio que esto era bueno...O algo asi.


Lo que más quiero de la tecnología es poder recibir el calor de la amistad a miles de kilómteros de distancia.

Gracias C, aunque creo que ya declaramos que esa palabra no entraba en nuestro diccionario, verdad?

miércoles, noviembre 04, 2009

By the Rivers dark

Leonard Cohen es un poeta con una melodía triste anudada en sus tristes cuerdas vocales.
Muchas noches me acompaña su susurro melodioso. Nos encontramos en la melancolía.
Es un buen compañero desde sus anteojos oscuros.
Mientras mis dedos se desplazan brumosos por el teclado, el me dedica sus versos cantados.
Adoro a Leonard Cohen, por perverso y aniñado. Me remite a sensaciones ambarinas, a bocanadas de humo en la piedad de cielos rosados, interminables. especialmente con la ronquera que despliega en "By the Rivers dark".

By the rivers dark I wandered on. I lived my life in Babylon. And I did forget my holy song: And I had no strength in Babylon. By the rivers dark where I could not see who was waiting there who was hunting me. And he cut my lip and he cut my heart. So I could not drink from the river dark. And he covered me, and I saw within, my lawless heart and my wedding ring, I did not know and I could not see who was waiting there, who was hunting me. By the rivers dark I panicked on. I belonged at last to Babylon. Then he struck my heart with a deadly force, and he said, ‘This heart:It is not yours.’ And he gave the wind , my wedding ring; and he circled us with everything. By the rivers dark, in a wounded dawn , I live my life in Babylon. Though I take my song from a withered limb, both song and tree, they sing for him. Be the truth unsaid and the blessing gone, if I forget my Babylon. I did not know and I could not see who was waiting there, who was hunting me. By the rivers dark, where it all goes on;by the rivers dark in Babylon.

That´s all

Take this waltz

Now in Vienna there's ten pretty women There's a shoulder where Death comes to cry There's a lobby with nine hundred windows There's a tree where the doves go to die There's a piece that was torn from the morning And it hangs in the Gallery of Frost Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz Take this waltz with the clamp on its jaws Oh I want you, I want you, I want you On a chair with a dead magazine In the cave at the tip of the lily In some hallways where love's never been On a bed where the moon has been sweating In a cry filled with footsteps and sand Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz Take its broken waist in your hand This waltz, this waltz, this waltz, this waltz With its very own breath of brandy and Death Dragging its tail in the sea There's a concert hall in Vienna Where your mouth had a thousand reviews There's a bar where the boys have stopped talking They've been sentenced to death by the blues Ah, but who is it climbs to your picture With a garland of freshly cut tears? Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz Take this waltz it's been dying for years There's an attic where children are playing Where I've got to lie down with you soon In a dream of Hungarian lanterns In the mist of some sweet afternoon And I'll see what you've chained to your sorrow All your sheep and your lilies of snow Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz With its "I'll never forget you, you know!" This waltz, this waltz, this waltz, this waltz ... And I'll dance with you in Vienna I'll be wearing a river's disguise The hyacinth wild on my shoulder, My mouth on the dew of your thighs And I'll bury my soul in a scrapbook, With the photographs there, and the moss And I'll yield to the flood of your beauty My cheap violin and my cross And you'll carry me down on your dancing To the pools that you lift on your wrist Oh my love, Oh my love Take this waltz, take this waltz It's yours now. It's all that there is

domingo, noviembre 01, 2009

Más palabras de C

Atardecer desde el aire

Hoy es un día lluvioso ( aunque no es lunes). En estos días, además de cocinar, leer, escuchar música, me encanta entregarme a los recuerdos: Repasar momentos de mi vida, acercar voces de otros tiempos, y siempre volver a las palabras de los amigos.

Por estos caminos de nostalgia, frecuentemente me topo con un mail de mi amigo C, y lo releo para volver a degustar su belleza.

Esto, que a continuación transcribo, es parte de uno de ellos, con el que dí hoy, en uno de mis recorridos.

Él es capaz de estos pensamientos que me conmueven por la profundidad que destilan desde su simpleza.

Gracias amigo!


Hoy tenemos acceso a muchas cosas, y hacemos muy poco con ellas.

Un problema grave de hoy es la creatividad. Tenemos mucha habilidad técnica: podremos hacer cada vez más complejos y serviciales a los inodoros. Pero cada vez nos alejamos más de la esencia de lo humano.

Cada vez tenemos menos preguntas realmente interesantes: hemos declarado que no podemos responder muchas de ellas, y, por tanto, las hemos abandonado. Hemos abdicado de la esencia del hombre que es preguntarse por el ser. Y a cada paso hay un muchachito inventando una nueva forma de teléfono celular, que en nada nos concederá mejor comunicación.

La crisis de hoy es una crisis de creatividad, quizá fundada en una crisis del ser. Visto en perspectiva, a la naturaleza probablemente no le importe gran cosa. Pero a los humanos debiera preocuparnos. Ya no hay verdaderos filósofos, pero tenemos cada vez más economistas. Cada vez tenemos menos médicos, aunque cada vez tenemos más diagnosticadores y tratadores de enfermedades, la mayor parte de las cuales ni siquiera existe.

Hay más flores, pero tienen menos perfume.
Será así?

Te espero

Ya faltan pocas horas para que llegue mi princesita V de su campamento. Estoy ansiosa por verla y estrecharla fuerte entre mis brazos y sentir su cuerpito tibio sobre mi corazón.
Ayer me llamaron porque tuvo un malestar que gracias a Dios fue pasajero y ella pudo disfrutar de su aventura. Por supuesto yo me preocupé mucho y la pasé remal. Pero ya pasó, y en poco tiempo más voy a poder llenarla de besos.
Para festejar tu llegada, preciosa, te voy a preparar la carne mechada que tanto te gusta ( y que ya se está marinando), con champignones y arvejitas frescas, con tomates secos y unas ricas papas a la crema.
Eso sí, todo, todo, con mucha pimienta negra, como a vos te gusta ratita.
Te amo tanto!!!!.
Y te espero, dedicándote esta canción que a las dos nos encanta.

Millones de besos

Tu ma.

viernes, octubre 30, 2009

Esta noche, cocina C



Una madre que ama la cocina, no es una madre enteramente madre si no transmite ese amor a sus hijos.
Yo lo hago, y tal parece que la cosa va dando sus resultados.
Viernes, el cansancio acumulado de toda una semana de laburo y tensiones. Pero claro, a mi que soy la Heidi de la casa, no se me van las ganas de servir una mesa bonita y suculenta.
Hoy, debo confesarlo, hubo compra: Salmón a la vasca y merluza en escabeche. Pero servir esto solo no hubiese estado a la altura de una cocinera gourmet. De manera que le propuse a C, preparar la cena bajo mi ojo guía.

Para empezar, una ensaladita de pepino. C se puso a cortar y desarrolló lo que yo llamé: “la lenta muerte del pepino”: Aquí lo pueden ver.


Un plato del que ella disfruta: Ensalada capresse. Esta es la capresse de C. Me da mucho placer ver a sus deditos ir y venir por las aromáticas hojas de albahaca.



¿Te animás a hacer una cremita de roquefort?. Claro mami, por supuesto: Y manos a la obra (perdón, manitas)


¡Bravo C! mirá todo lo que hiciste!!!. Enciendo unas velas y esto merece un brindis: Cirita con Sauvignon Blanc helado y la cocinerita con agua de pomelo: chin, chin



Después de una hermosa cena, la cocinerita y su mami se van al patio a conversar: Otra vela acompaña nuestras confesiones desde una maceta.
Y así es como de generación en generación, jugando y mimándonos, C y yo vamos tejiendo la tela preciosa de nuestra relación.
Hoy tengo que acercarla especialmente a mi regazo, porque V, nuestra "adolescente en crisis" está fuera. Se nos fue de campamento a Tandil, y las dos la extrañamos mucho. Pensamos en ella y deseamos que la esté pasando bomba, pero la extrañamos.
Estas son las cosas que me dejan un sabor dulce antes de dormirme, después de una semana agitada.

lunes, octubre 26, 2009

Las maravillosas frases de C

Tecito Africano compartido con C en el Malba

Otra vez quiero citar a mi amigo C. Y se que ya viene siendo hora de que hable de él, pero me cuesta porque se que todo cuanto pueda decir será poco. Y no es porque lo quiero, que desde ya que sí, y lo quiero muchisimo, sino porque tiene una personalidad tan vasta, tan fabulosa en sus miles de intrincados vericuetos, que hablar de él, todavía llevará su tiempo y seguramente cuando lo haga seguiré sintiendo que no lo hice bien.

Lo admiro mucho, tal vez demasiado, "Mucho más de lo que merezco" diría él con su voz a media asta.

En fín, esto que transcribo es el final de uno de sus últimos mails y es sencillamente...hermoso.

Atropa nos conceda el término exacto de vida (cuya cifra constituye el más importante de los enigmas individuales); que su reloj no se adelante demasiado, pero que la morosidad no la entretenga. Ya se sabe que las musas y las parcas son muy susceptibles a la distracción.

Así de simple...

lunes, octubre 19, 2009

No solo de pan viven mis hijos


filetes de abadejo al horno con salsa de tomates y verdeo


pimientos amarillos con romero

La cocina puede albergar muchos o muy pocos secretos, según la hora del día, el día del mes y el humor de quien encienda las hornallas.
Para una madre de niños pequeños (tal es mi caso), la cocina siempre debe deparar misterios seductores y fuegos bienhechores.
De lo contrario, la heladera debe estar bien preparada para las “horas pico”, o sea dos o tres horas después del almuerzo, la hora de la merienda, una noche trasnochada de dibujitos o pelis ( en este último caso sólo considerar cosas dulces). Sin ir más lejos, hoy a la hora de la merienda, mis cuatro pequeñas “ferocidades” se mandaron de un saque 200 g de jamón cocido. O sea que cuando Cirita se avivó, ya estaba descartando el envase del jamón en la bolsa de residuos.
Trato de tener siempre cosas frescas de armado rápido: pepinos, tomates perita, apio, tacos, quesos varios, patés, porque siempre hay lugar para el tentempié, y no pueden faltar aderezos y salchichas alemanas, buenas protagonistas de una cena improvisada.
Quiero declarar la aversión que siento por las “patitas de pollo” de freezer y las hamburguesas, pero asimismo dejo bien sentado que ellos, mis pollitos, las aman. O sea que si abren el freezer, estas odiosas criaturas siempre estarán presentes. Para vengarme de este oprobio fabrico dulces caseros que termino comiendo yo o algunos amigos, porque los alfajores, las magdalenas y los budines siempre están ahí para competir con ellos ( y perder la batalla). A la manteca siempre la quiero, porque M y C todavía le rinden honores untándola en doradas tostadas de pan integral.
Los picantes y la buena pimienta negra no pueden estar ausentes: V los atesora. Todos sus platos reciben ese toque final y ella los come displicentemente aunque el interior de su paladar parezca un horno de barro a 300 grados centígrados. Todavía espero que alguna vez, aparezca en escena el picante que la haga gritar de horror… pero tal vez aún no haya sido creado.
Para T es indispensable que siempre haya en existencia “queso cremón”, o sea doble crema, grasoso y engordante, y cada tanto C reclama unos cereales con forma de almohadoncito que contienen pasta de maní y están bañados o acicalados con miel.
Milanesas, siempre a la orden, de pollo y de carne de vaca. Cuando les hice las milanesitas de berenjenas, me dijeron que el geriátrico estaba en la casa de abajo.
Morrones asados, ensalada con MUCHO aceto balsámico, huevos duros con sal y papas fritas son bien recibidos, así como las papas al horno con cebolla de verdeo y hierbas aromáticas. Carne mechada con panceta y provenzal es un plato festejado por V, lo mismo que el pan bagnat, típico de la región de Niza. Zapallo al horno o tarta de zapallo con puerros o echalotes es un manjar de C. Salsa de tomates bien cargadita y pan tostado con aceite de oliva es el paraíso para M y sándwiches de pollo con salsa golf o salmón rosado son los preferidos de T.
Aceitunas negras y verdes, berenjenas al escabeche, guacamole.
Foi gras…cuándo se me pianta un tornillo.
Arenque para las chicas, incluida la madre con una copa de Chardonnay.
Pero esta noche, andaba fiaquita… así que abadejo al horno con salsa de tomates perita ( eso sí, frescos) y verdeo. Para acompañar, estos pimientos amarillos dulces al horno con pimienta de Malabar y tomillo.
Y encima… les estoy escribiendo ( de puño y letra, en un cuadernito precioso con figuritas) un recetario para cuando sean grandes…y me dejen de joder!!!

sábado, octubre 17, 2009

Ave de la noche

BLACKBIRD SINGING IN THE DEAD OF NIGHT,TAKE THESE BROKEN WINGS AND LEARN TO FLY;ALL YOUR LIFE,YOU WERE ONLY WAITING FOR THIS MOMENT TO ARISE.BLACKBIRD SINGING IN THE DEAD OF NIGHT,TAKE THESE SUNKEN EYES AND LEARN TO SEE;ALL YOUR LIFE,YOU WERE ONLY WAITING FOR THIS MOMENT TO BE FREE.BLACKBIRD, FLY,BLACKBIRD, FLY,INTO THE LIGHT OF THE DARK, BLACK NIGHT.

Como el ave de la noche, trato de pulir mis alas para el vuelo. No soy un ave que sabe volar, toda mi vida recorté mis alas pulcramente para que mis vuelos fueran rasos y complacientes. De pronto, el universo se ha vuelto una moneda falsa, un montón de palabras sin sentido, un cementerio de promesas.
Ahora es tiempo de dejar que mis alas se vuelvan salvajes y sucias.
No tengo un nombre. Tengo una pila de papeles desordenados, un musgo amarillento que crece por mis piernas, un suspiro que no quiere ser el último.
Ahora es el tiempo de los capullos, de lo que quiere nacer a pesar de lo informe.
No negaré a mi sangre lo que tiene recorrido, pero tampoco la dejaré ser un simple eco.
No quiero vestirme para el amanecer, ni desnudar la piel para viejos rituales

BLACKBIRD, FLY,BLACKBIRD, FLY,INTO THE LIGHT OF THE DARK, BLACK NIGHT.

miércoles, octubre 14, 2009

Vínculos

Para Carol

Hacía dos años que no la veía.
Su pelo seguía igual de oscuro y de largo. Su piel igual de blanca.
Siempre me llamó la atención la forma que tiene de mover sus manos, casi como acompañando, o mejor dicho, dirigiendo sus palabras. A veces, incluso, es como si dibujara lo que está diciendo en el aire.
Ya es una señora…claro, igual que yo. Tenemos hijas de la misma edad casi, algunos logros, un par de desencuentros, lágrimas no lloradas por asumida soberbia, muchas responsabilidades, tres kilos de más ( cada una), una larga amistad ( de 23 años), y muchos, muchísimos recuerdos de una de las épocas más gloriosas de la vida, la de la facu.
¿Te acordás cuando nos reíamos de tu vieja porque le decía a su amiga: _Maru, ¿compartimos este pepinito?. Hoy compartimos un omelette y una ensalada con la misma entrañable amistad con la que, a lo largo de estos veintitrés años compartimos la vida.
Carol y yo nos conocimos cuando hacíamos la ayudantía de fisiología. Lo primero que pensé cuando la ví fue que tenía los pelos y el buzo demasiado largos. Después, empezamos a conversar, y al poco tiempo ya nos volvimos inseparables.
Crecimos juntas, a una edad en la que crecer es geométrico, y en mi caso, electromagnético. Generalmente estudiábamos en su casa, un departamentito precioso ( al menos lo era para mí) de dos ambientes en el que vivía con su madre, su hermana menor y Pini Rotondi, la gata. Allí, pasábamos largas horas repitiendo lecciones, tomando meriendas interminables, mirando novelas absurdas y escuchando discos de rock nacional. Nos hacíamos compañía, nos contábamos absolutamente todo, nos reíamos muchísimo de mucha gente y aprendimos a confiar ciegamente la una en la otra simplemente por la poderosa fuerza de nuestro cariño. Hoy, puedo decir, que estos años han sido una lenta tarea de adopción, un telar en el que tejimos lazos indestructibles.
Compartimos nuestro almuerzo y nuestras vidas con punto de partida donde la dejamos hace dos años.
Nos despedimos con un abrazo fabuloso, reafirmando lo mucho que nos queremos.
Y una vez más, compruebo que el tiempo, este tiempo de la amistad, está fuera de los relojes, es una sustancia compleja e inexplicable.
La ví desaparecer por la boca de un subte. Hubiese jurado que lo último que ví de ella fue ese guardapolvo blanco que nos poníamos por los pasillos antes de entrar a clase.
Te quiero con toda el alma amiga!!!
Hasta la próxima.

lunes, octubre 12, 2009

San Ángel, tarde lluviosa, ferias callejeras y fideos mediterráneos

Y bueno, siempre es fabuloso intercalar cultura con amistad. Ese calorcito que da la gente linda es incomparable!.
El día anterior a la visita al museo, me encontré con mis amigos E y G. A E ya la conocía, G se incorporó en esta visita. Nos fuimos a vagabundear por el barrio de San Ángel, un lugar hermoso, con ferias callejeras de artesanos y artistas.









Caminamos por los puestos abarrotados de “todo”, comida, dulces, collares, pulseras, bolsas, instrumentos, zapatos, blusas, adornos y pinturas. Caminé ( con tacos, mamma mía!) por esos adoquines hermosos que tienen algunos barrios de México, y me dejé llevar por esa brisa tristona que tienen los días grises.



Nos sentamos a comer en un restó muy bonito, donde un conjunto buenísimo tocaba y cantaba música cubana. Bellas, bellísimas canciones también tristes y románticas. Cuba es un destino que aún me espera. Tal vez un día… quién sabe.



Como es la época ideal para los chiles poblanos, me degusté un chile mixteco con una margarita. Excelente!!. Comimos al son de los ritmos cubanos, compartiendo una charla lindísima. Al volver, nos agarró un aguacero que te la voglio dire!!. Aún así, nos detuvimos en plena lluvia a comprar regalos.



Entonces, como soy demasiado Heidi, tuve una idea muy argentina: Che, ( el che es fundamental ) ¿Qué les parece si esta noche les cocino YO?. Moción aceptada. Paso veloz por el super y aprovisionamiento de víveres básicos para la preparación de uno de mis platos favoritos: Pasta Mediterránea. Fideos ( penne rigatti, of course), tomates cherry, champignones, mucha albahaca, cebollines.
Llegamos a lo de G y nos dirigimos los tres a la cocina. G iba a preparar una carne al horno para acompañar la pasta y E se dedicó a abrir vinos y picotear salame y quesos varios. Pusimos música y manos a la cocina.


Maravillosa cocina de G


Salsita mediterránea, creación de Cirita


E cortando la carne. De fondo, vista de los vinitos degustados



G y Cirita colando los fideos

La verdad es que fue una noche estupenda, como lo muestran las fotos de la tarea colaborativa de tres amigos en la noche mexicana.
Estos son los momentos en los que me vuelvo transparente, casi translúcida.
Cuando veo feliz a la gente, disfrutando de las cosas más simples, que siempre son las más auténticas.
Cuando yo misma me siento a gusto, en mi “salsa”.
Gracias amigos, gracias por el regalo de tanta alegría!.