Cirita durante el viaje. Como ven, resaltadores, lentes, carpetas y café para ir modelando mi conferencia ( bueno, al menos los últimos retoques)
Ya estaba ansiosa por llegar y empezé a inmortalizar el paisaje
El sol desde la ventanuca del avión. Ocviamente que se veía mucho más imponente, pero las copias siempre son malas
Que bueno es cuando a uno le dan la bienvenida. Aunque me hubiese gustado más si dijese: Cirita, bienvenida a Guayaquil. Me la deben.
Pero he vuelto.
Estuve en Ecuador, dando una conferencia en la ciudad de Guayaquil, con mucho calor climático y de su linda gente, especialmente mis amigas J, B y M. Los viajes académicos y por laburo suelen ser cortos y veloces, pero tuve la suerte de que una de las actividades culturales planeadas por el congreso me condujera al Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil, un sitio hermoso donde aprendí que hay mucha maravilla prehispánica por allí ( y ustedes saben que a mi me gusta mucho esto). Recorrí sus salas maravillándome de la belleza de sus estatuillas, del pulido de la piedra, de las formas y colores
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