viernes, agosto 21, 2009

Arte, solo arte

Esta obra maravillosa es de mi hijito T. A mi me fascina y por eso quiero compartirla con ustedes.
Quiero también decirles que T es mi pequeño niño dorado, mi pedacito de ternura.
Tiene unos maravillosos cachetes rosados y unos ojitos traviesos y burlones. Condicen con su permanente ánimo de joda.
T escribe Haikus. Él dice que "su vida" es un Haiku. Este que comparto con ustedes es de su autoría:

Las hojas de otoño cantan
mientras un diente de león crece.
El viento fluye.


T es un tipejo extremo
Extremadamente dulce y seductor,
extremadamente travieso,
extremadamente sensible,
extremadamente independiente,
extremadamente desconcertante.
Habita un mundo interior al que solo se tiene acceso limitado, pero cuando se ingresa es delicioso.
Tiene grandeza.
Nació para estar en íntimo contacto con la naturaleza y si hubiese sido un animal, estoy segura que hubiese sido un lémur, un lémur encantador, claro.
No tolera el calzado. Desde su más tierna infancia ( que aún persiste) anda en patas. En invierno sus medias sean del color que sean se vuelven negras y asquerosas. Uno duda si meterlas en el lavarropas o directamente tirarlas a la basura.
Cuando está dormido, sus párpados tienen la tersura y el color del nácar.
Cuándo se le llama la atención por algo, solo dice "Perdón" y sigue haciendo lo que le da la gana. De esta manera ha concretado varias empresas desastrosas
Lo salva su sonrisa. Esa sonrisa es la cosa más fabulosa que Dios le ha dado.
T, aunque ya lo sabés, te lo digo: Te amo

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